5 sencillas características para ser un mejor líder

No caben dudas que un buen líder debe saber escuchar sin criticar, sin rechazar ideas sólo porque sí, sin pensar que lo sabe todo.

He tenido la oportunidad de compartir mesa con varios Presidentes y ex Presidentes, y no deja de sorprenderme que las personas sienten más interés en contarles algo a estas autoridades, que el que sienten por escucharlos. Es normal ver como en un cóctel igual se le acercan a un Presidente decenas de personas a contarle sus ideas, sugerencias, soluciones, etc., y es fácil notar que mientras mayor es el liderazgo del Presidente, mayor es la capacidad de escucha que tiene. Y a menor liderazgo, menor capacidad de escucha. Así pues, Presidentes que han perdido su liderazgo suelen tener muy poca capacidad de escucha. Es algo que siempre me ha parecido fascinante. Y este punto va muy relacionado con el 4.

Un líder de verdad tiene pasión por lo que hace y lo transmite en sus palabras, en el tono de su voz, en sus gestos, su sonrisa, su mirada. Esto es difícil de fingir, y aunque puedes fingir pasión por lo que haces, si no es sincera tarde o temprano te fallará el liderazgo. Igual ocurre cuando pierdes esa pasión.

Por eso es importante que hagas algo que te apasiona, pues esa pasión te dará fuerza para inspirar y empujar a la gente que te siga.

Personalmente, considero que ser agradecido es una de las mejores cualidades que se puede pedir en alguien. Desde luego siempre intento serlo. Y espero que tú también lo seas. El agradecimiento te hace conectar con la gente y los motiva a ayudarte siempre que esté en su mano. Nadie quiere ayudar a un desagradecido, y todos quieren ayudar a quien es agradecido. La vida es así. Y no es que se trate de ser una persona interesada que sólo ayudas si crees que la otra persona te devolverá el favor. No se trata de eso, en la mayoría de casos la gente sólo pide que se le reconozca lo que ha hecho, aunque sea en privado.

Da igual si es un Presidente, un escritor, un empresario, un empleado de una empresa; cuando estás con un líder de verdad, te hace sentir importante. Te motiva, te hace sentir que eres poderoso, fuerte. Te sientes orgulloso de ti mismo.

Provoca en ti unas emociones que se convierten casi en una adicción, y por eso la gente está dispuesta a seguir a un líder hasta el fin del mundo.

Una persona importante que no sea un buen líder, es muy probable que te haga sentir justo las emociones opuestas.

Si finges ser una persona que no eres, no podrás sacar lo mejor de ti. Quizás puedas llegar a ser un buen líder, pero nunca sacarás al mejor líder que hay en ti. Tus verdaderas habilidades de liderazgo quedarán soterradas bajo el peso de esa falsa fachada que puedas construir. Al ser auténtico, al permitir a tu real “yo” ser libre, actúas y hablas con más pasión.