¿Por cuánto venderías a tus amigos?

¿Cuál es el precio de tus amigos? ¿Cuál es el valor de la amistad?

Dime ¿tienes miedo a tomar los riesgos necesarios para vivir tu vida, vivir la vida que deseas vivir?, ¿tienes miedo a perder tu empleo y no ser capaz de tener ingresos similares? ¿estás tan convencido de la importancia de tu trabajo o del dinero que podrías llegar a vender a un amigo por dinero?

Hemos crecido en una cultura del miedo. Una cultura que intenta hacerte débil y que te invita a pensar que la vida que quieres vivir no es posible. Que debes ser realista.

Este miedo hace que nos obsesionemos con el dinero y sobre todo con la “seguridad” de tener un trabajo. Este miedo se da en todos los niveles económicos, lo que cambia es la cantidad de dinero. Para unos son millones, y para otros es su puesto de trabajo.

Es un miedo que te conduce a pensar que la parte material que tienes hoy debes que cuidarla ante todo, porque si la pierdes va a ser muy difícil de recuperar. Y no sólo lo que tienes ahora, si no lo que podrías llegar a tener. Tal es así, que esos pensamientos, empujan a muchos a “vender” a sus amigos, primos, hermanos, etc.

No hablo de trata de humanos, hablo de decidir perder a un amigo por ganar algo de dinero o por no perder tu trabajo. O peor aún, simplemente porque tu jefe quiere que hagas algo que tú sabes que no debes hacer, pero como es tu trabajo, lo haces… Vamos, la misma excusa que ponían algunos soldados nazis.

Porque todos hemos experimentado o conocido a alguien que ha sido “traicionado” por un buen amigo o familiar. O peor aún, algunos de los que estáis leyendo este post, sois vosotros quienes traicionasteis o quizás es ahora cuándo lo estáis haciendo.

De hecho, esto post lo escribo porque tengo un amigo que está en una posición que él la siente complicada. Y que de alguna manera intenta justificar para poder hacer lo que su empresa, o su jefe manda. Su empresa está llevando a cabo acciones poco éticas (quizás denunciables) que están perjudicando a un buen amigo suyo. La realidad es que posiblemente él no podría evitar que se lleven a cabo, pero sí está en capacidad de ayudar a su amigo para que quienes están haciendo cosas indebidas se vean obligados a parar. O por lo menos para darle herramientas a su amigo para que se proteja.

Mi amigo, por su puesto no está de acuerdo con las acciones que está llevando a cabo su empresa y sabe que son incorrectas. Sin embargo, de momento ha optado por defender los intereses de su empresa y no ayudar a su amigo, porque si lo ayuda podría perder su trabajo… lo peor de todo es que es un trabajo que no le gusta tanto. Pero el miedo a perder lo material es tan intenso, que prefiere perder en lo personal.

Todo esto lo justifica con las excusas necesarias. Por supuesto, él piensa que lo de perder el trabajo no es lo importante, intenta justificar las acciones de su empresa y de buscar razones de las cosas que su amigo ha hecho mal y así sentirse mejor consigo mismo. Sin embargo, en el fondo se siente mal, porque sabe que lo que está haciendo no es lo correcto.

Tarde o temprano te encontrarás en una situación similar, en la que tus acciones pueden perjudicar a un ser querido a cambio de tu beneficio económico. Un momento en el que tendrás que preguntarte cuál es el valor de la amistad.

Si te encuentras en una posición así, una situación en la que puedes ocasionar gran daño a alguien al que quieres, aprecias y confía en ti, quiero que recuerdes que la vida no es tu trabajo, no es tu dinero, es tu felicidad. Y las dos primeras no te van a dar felicidad. Te van a solucionar muchos problemas, pero a no van a solucionar tu vida. Y siempre hay más trabajos y más dinero. Nunca te arrepentirás de hacer algo que es ético. Pero, siempre te pesará el recuerdo de haber traicionado a alguien a quien aprecias.

Recuerda que el éxito en la vida, la calidad de vida, no son tu trabajo o tu dinero, son tu felicidad. Nunca olvides el valor de la amistad.

Sé feliz.

Vive tu vida.

No vendas tu vida por un trabajo. No vendas a tus amigos por dinero.

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